sábado, 1 de mayo de 2010

Centro de Encuentro y Acogida (ANTARIS).


El pasado 29 de Abril el grupo de trabajo acudió sobre las 13:30 h aproximadamente a un centro denominado Antaris. Fuimos atendidos por una de las Educadoras Sociales del centro llamada Matilde.

Antes de nada me gustaría mencionar lo entusiasmada que estaba al poder por fin ser atendida por una entidad que trabaja con el colectivo de personas que ejercen la prostitución. Que mejor forma que esta, pues la teoría supone un gran aporte, pero aun más la práctica, al menos en mi opinión.

Volviendo al caso que nos ocupa en esta ocasión, hemos de hacer mención a las ideas que Matilde nos transmitió durante la visita al centro, por lo que en los siguientes párrafos aparecen comentados varios aspectos que tratamos en la reunión con dicha profesional.

En el centro Antaris se trabaja con diversos colectivos, y entre ellos la prostitución, aunque en primer lugar se situaría la drogodependencia. Si es verdad, que el concepto de consumo de drogas se ve ligado en muchos casos al término de prostitución, es decir, como bien dijo Matilde, muchas mujeres prostitutas que acuden al centro ejercen la prostitución para que así sus parejas no tengan que delinquir y puedan además consumir. Según la Educadora Social, es más común que las mujeres ejerzan tal actividad en vez de que sus parejas delincan, pues para ellos, tal acción supone un mayor esfuerzo.

Al centro acuden personas de distintas edades, procedencia, status económico… pero si nos centramos en el mundo de la prostitución, es necesario tener en cuenta que el tipo de prostitución que más acude al centro sería la de calle. Este tipo incluye a mujeres de diversas procedencias y edades, aunque en primer lugar se sitúa la mujer española con escasez de recursos económicos y en algunas ocasiones familia y hogar, demandante a su vez de necesidades básicas como la alimentación o la higiene.

El mundo de la prostitución incluye tanto a mujeres como a hombres, pero atendiendo a estos últimos, hemos de destacar la no visibilidad de los mismos, es decir, actualmente son varios los hombres que ejercen la prostitución, pero estos mantienen aún más escondida su identidad.

El centro Antaris no considera la prostitución como una profesión. Como bien dijo Matilde, los medios de comunicación moldean y modifican la información que transmiten de tal forma que la realidad que nos hacen llegar está manipulada. Muchas mujeres prostitutas no quieren ser reconocidas y cuando los medios de comunicación invaden sus vidas, suelen alterar la información ofrecida, de forma que nos hacen llegar una visión que no es la verdadera. Es frecuente observar a mujeres que están en mayor o menor medida contentas con la prostitución, cuando en verdad son mujeres que carecen de recursos y su precariedad les obliga a solicitar la ayuda de muchos profesionales de lo social además de asociaciones y entidades que atienden a este colectivo.

Estas mujeres además se encuentran muy solas y sin protección. Cuando un hombre se les acerca y les ofrece protección suele ser a cambio de dinero.

Dentro del mundo de la prostitución se mueve mucho interés y dinero, y es por ello además por lo que se puede afirmar que las personas más favorecidas con la presencia de la prostitución son precisamente las mafias, proxenetas y los dueños de clubs de alterne. En último lugar se situaría precisamente la mujer que ejerce la prostitución.

Una de las cuestiones más importantes planteada durante la entrevista fue precisamente la relación de estas mujeres con su familia. Como bien dijo Matilde, muchas de ellas tienen familiares con los que contar, al menos para una llamada telefónica. En nuestro trabajo y más concretamente en el apartado de propuestas educativas, incluimos la figura del Educador Social como consecuencia de la necesidad de favorecer y potenciar la relación de la mujer que ejerce la prostitución con algún miembro de su familia, pues los vínculos familiares suponen la adquisición de fuerza y apoyo, por muy deteriorada que esté la relación entre las dos partes. Llegados a tal punto, no es extraño afirmar que el Educador Social adquiere el papel de mediador familiar. El grupo de trabajo considera que una buena propuesta educativa sería precisamente esta, y es que la mujer que ejerce la prostitución suele estar muy sola y con las relaciones y vínculos sociales muy deteriorados, y en muchas ocasiones casi inexistentes.

Otra de las cuestiones plantadas durante la entrevista fue la de atender a los hijos a cargo de estas mujeres. Matilde nos comentó que en el centro no se trabaja con menores. Es por ello, por lo que el Educador Social en concreto y porque no los diferentes profesionales que el centro incluye han de estar en continuo contacto con otros servicios e instituciones, y entre ellos los Servicios Sociales, pues muchas problemáticas no pueden ser atendidas desde el centro. Uno de estos casos precisamente es la intervención con hijos de mujeres que ejercen la prostitución.

Mi interés se elevaba a medida que la entrevista avanzaba. Fueron muchas las cuestiones y preguntas que pretendía resolver con la ayuda de Matilde y una de estas preguntas fue precisamente la de la supuesta entereza que un profesional como el Educador Social ha de mostrar ante la intervención con mujeres que ejercen la prostitución. Como bien dijo Matilde, las personas que acuden al centro son protagonistas de historias trágicas y conmovedoras, que a profesionales como nosotros nos hacen llorar. Este hecho sin embargo, no significa que uno se venga abajo, sino que hay momentos en los que uno reacciona de tal manera, pero ello no significa que sea mejor ni peor. Llegados a tal punto, Matilde nos comentó que cuando a uno se le saltan las lágrimas tiene dos soluciones: o llorar delante de la persona o llorar por detrás. Las dos opciones están bien, pues al fin y al cabo la acción es la misma.

Como punto y final a esta entrada, debo incluir dos aspectos más. Uno de ellos sería precisamente como me sentí durante la entrevista y otra cuestión sería el manejo de Matilde en su trabajo.
Con respecto a la segunda cuestión, tengo que añadir una cosa y es que me interesaba mucho, y supongo que al igual que mis compañeros, saber si a Matilde le costó mucho trabajo llegar a ejercer su rol profesional dentro del centro. Ella nos comentó que cuando entró en el centro andaba un poco perdida. Es normal que cuando uno entra a trabajar se halle un poco desorientado. Por ello, al principio te vales de la ayuda y orientación de otros profesionales, y la observación y la astucia se convierten en tus dos mejores armas si de verdad quieres aprender y desempeñar tu trabajo de la mejor forma posible.

Finalmente, pondré fin a esta entrada con el comentario de mi estado de ánimo durante la entrevista. Me sentí muy cómoda durante la charla con Matilde. Fui una de las personas que más preguntó y ello se debe al gran interés que sentía en ese momento por cuestiones como qué tipo de personas acuden al centro o cuáles son las funciones del Educador Social dentro de un centro de tales características. Como bien dije a inicios de esta entrada, la teoría supone un gran aporte si verdaderamente queremos realizar un buen trabajo, pero aun más la práctica. Es por ello por lo que pretendemos seguir documentándonos a través de la opinión de diversos profesionales y personas que trabajen y nos aporten algún dato de valor sobre el mundo de la prostitución.

1 comentario:

  1. Pues se me ocurre un modo mejor, aunque ciertamente se ve que la experiencia fue positiva, y es el de contactar DIRECTAMENTE con las propias prostitutas. ¿No se os pasó la idea por la cabeza?

    ResponderEliminar